“Comencé a ver mi empresa más cohesionada e involucrada en conseguir un objetivo en común, esto ha permeado a todos los eslabones de la empresa. El esquema de reuniones ya es una rutina incorporada en las gerencias, y aunque aun nos falta perfeccionar nuestros indicadores, que siempre son variables en el tiempo, hemos logrado adquirir una cultura de medición de objetivos.
Descubrí la importancia de las distintas áreas y como cada una participa en el proceso completo. Además, comenzamos a medir nuestros objetivos y creamos una cultura de medición dentro de la gran parte de nuestros procesos. Gracias a las mediciones podemos identificar donde se encuentran nuestros principales problemas.
El cambio de mentalidad ha permeado gran parte de la empresa, tenemos una cultura de medición enfocada en los resultados de la empresa y esto impacta a todas las áreas.”